La riqueza gastronómica es uno de los grandes reclamos del verano en la Costa del Sol

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Fritura de pescado. Vélez Málaga. Comarca Axarquía Costa del Sol. Provincia de Málaga.
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La Costa del Sol cuenta con una riqueza gastronómica fuera de toda duda, de fama internacional, y que cada vez cobra mayor peso en el aspecto turístico.

El gastronómico, de hecho, es una de las tendencias de turismo que están despuntando a la hora de planificar viajes. “La cocina está de moda y en la provincia de Málaga despunta su hostelería, respaldado por reconocimientos como las ocho estrellas Michelín con que cuenta el destino”, ha precisado al respecto el presidente de Turismo Costa del Sol, Elías Bendodo.

Además de la amplia cultura culinaria, la Costa del Sol cuenta con una variedad climatológica que permite que tierra y mar abastezcan a la provincia de Málaga de numerosos tipos de frutos y alimentos a lo largo de todo el año. “Desde los productos del mar hasta las frutas tropicales de la Axarquía o los frutos secos de la Sierra de Nieves, nuestro destino nos regala los mejores ingredientes para una cocina variada y única”, apostilló Bendodo.

Y con el verano y la temporada alta turística de la Costa del Sol, queda patente la atracción gastronómica que genera la provincia entre los que visitan el destino. Además de una enorme variedad de restaurantes de cocinas internacionales para ajustarse a las culturas y apetencias del comensal, la propia provincia cuenta con una gastronomía autóctona que es, con creces, la más demandada.

Así lo asevera el presidente de Mahos, la Asociación de Hosteleros de Málaga, Jesús Sánchez: “el pescaíto frito es el más demandado: boquerones, jureles, sardinas y salmonetes cuentan con una enorme demanda”, aunque también otros alimentos del mar como el atún o el pulpo crecen en interés.
Además del espeto, principalmente de sardinas, símbolo del litoral de la provincia de Málaga, los arroces siguen siendo unos platos muy solicitados, así como la variedad de la fideuá, que va haciéndose hueco en el panorama gastronómico de la provincia.

Pero lo que más destaca Jesús Sánchez de los ingredientes y cocina malagueña “es su versatilidad: la cocina malagueña permite un maridaje con otras culturas gastronómicas que amplía considerablemente el abanico de recetas y variedades dentro de un mismo plato; no todas las cocinas tienen esa facilidad para someterse a una fusión”, precisó Sánchez.

Además, compartiendo liderazgo indiscutible con el pescaíto frito, se hallan las sopas frías: la porra antequerana, los gazpachos y el ajoblanco, que está experimentando un inusitado renacer, conforman una cocina de indiscutible calidad y personalidad, muy demandadas por turistas tanto nacionales como internacionales.

La fruta ocupa también un papel de indiscutible importancia en la gastronomía local. Mención merece el papel del aguacate, un producto propio de la comarca de la Axarquía, de calidad suprema gracias al clima de la zona. Este fruto genera tal demanda a niveles internacionales que a veces los establecimientos locales encuentran dificultades para adquirirlos en el destino.

Y para acompañar la comida, los caldos. El mundo de los vinos en la provincia de Málaga va creciendo en la oferta y la forma de promoción, repercutiendo positivamente en la difusión de la cultura vinícola malagueña. Iniciativas como el enoturismo aportan un valor turístico al mundo de la vid, que en la provincia de Málaga ha jugado desde siempre un importante papel histórico.